jueves, 13 de septiembre de 2007

La Fresia

Hace unos días que me siento extraña. Nostálgica, triste, cansada, aburrida, solitaria... Es el mes del amor y yo me siento morir ¿morir de amor? No sé lo que me pasa, pero recuerdo aquellos seres que pasaron por mi vida. Y vienen uno a uno a llenar mis pensamientos como fantasmas que no me dejan en paz. Y me hacen pensar en lo que pudo ser y no fue... en lo que desearía que hubiese sido... y pienso en ti, en él, en ellos... algunos me traen pensamientos de fastidio... otros recuerdos dulces... otros añoranzas de sus besos... sus aromas... sus bocas.

Septiembre trae tanto a mi cabeza, que aquí sobre un tronco, me encuentro sentada, apoyadas las manos en él, sintiendo lo rugoso de su leña... mirando hacia el horizonte, respirando la calidez del día... lleno está mi jardín de flores, pero las flores están tristes cuando su jardinera no está, es decir, está pero no está... está ida... lejana... esquiva... y quiere y no quiere. Y quiere sentirse entre los brazos de él y no puede, porque está lejos, porque no lo conoce, ni sabe de sus ojos, ni de su sonrisa, ni de su aroma... y son amigos hace un tiempo, y de repente se siente enamorada, y de repente vuelve a la realidad y sabe que él está allá y nada lo puede mover desde allá, al otro lado del jardín, tras la cerca que delinea sus hogares. Pero ella siente necesidad de abrazarlo y tocarlo con sus dedos, y rozar su mejilla con sus yemas... y sentir su piel... y encabritar sus ansias y deseos. El jardín que la hace feliz hoy no la satisface. Pero ella tampoco quiere que él cruce el cerco y se quede en su jardín... no, ella sólo quiere que venga un ratito, para disfrutar de sus calorcitos, de sus ronroneos. Y después se vuelva por donde se vino que ella es feliz así. Sólo con unas miguitas y ya estará contenta otra vez, disfrutando de las violetas que ya no quieren florecer porque presienten su angustia... se pone de pié, camina unos pasos, cerca del tronco hay una fresia... está florecida y no le ha avisado, casi la pisa con su pié... la coge, la huele, la siente... la hace feliz.

12 comentarios:

Claudia Castora dijo...

Que será mejor...sentirse así y escribir tan bonito (como lo haces) o sentirse bien y no darle a la pluma???

Lo importante es sentir al fin y al cabo, gozar cada instante, el aroma, la esencia, la tibieza intentando no caer en nostalgias...de pronto se puede.

Besos perfumados y Feliz 18 preciosa amiga mía.

Viv. dijo...

Más allá de tu jardín hay muchísimas frescias; ¡ve por ellas!

Estupenda semana.

doble visión dijo...

Es muy triste esto que has escrito, pero a la vez es muy bello...habla de ti, de tus sentimientos y de tu corazón tan lleno de amor...disfruta de la nostalgia pero no pierdas de vista el horizonte: es allí donde se oculta lo bueno...por eso nunc a debemos dejar de andar y mirar hacia el futuro.

beso
marcelo

Claudia-Reikista dijo...

Gugu:

Me gustaría estar en un jardín con esas lindas Fresias, algún día talvez.

Por la "Hermandad Bloguera" si puedes pasa por mi blog.

esteban lob dijo...

Retribuyo gentil visita Agustina. También te deseo feliz fin de semana.
(aunque no te guste el fútbol)

L.A. Rojas dijo...

Es curioso, pues sentí muy triste en general tus líneas, pero con un dejo de esperanza y creer en uno...Eso es lo que rescato.

Por cierto. No es primera reflexión que veo sobre la época. Y yo sólo feliz de que haya más sol. Curiosa cosa.

Saludos y gracias por tu visita!!

El Toro de Barro editorial dijo...

Yo he sufrido mucho esa tragedia de la que hablas, la de no estar en dónde quieres y de no saber estar donde se está. No hay cura para esa enfermedad, ni para la de la melancolía, salvo la de aprender a no dejarse inundar por los espejismos y la de volver a poner los ojos en los que nos rodea. Y ensanchar el mundo interior, lo único que nos permite estar solos con naturalidad, y sin tristezas.

Te dejo este poema de la poeta portuguesa Rosa Alice Branco

FLOR DE TINTA





El poema es el dibujo de esta letra
inclinada por el rumor del viento
cuando le pido abrigo
y veo en él el espejo de mi cuerpo
reposando en tus brazos de ayer.
La tinta aún no ha acabado de secarse
el olor fresco de la página se vuelve hacia la página siguiente
y mi voz se oye mejor al viento
cuando conspiramos en el silencio
la próxima letra
y la exactitud de su dibujo.
Ahora hay mimosas en los árboles
y allá abajo el río ya no es como era
ni sabría serlo.
Olvidé cómo se bebe el agua con la mano
o cómo se bebe la mano
del río.
Yo existía en esa transparencia
en la flor espiritual y líquida
de la tinta
que retoca en el papel su vida.
Esta letra es mi nombre deletreado por ti
o mi nombre que todavía no está seco
y te mira desde las acacias que florecen amarillas
en el rigor del invierno.
Cualquier palabra tuya me dibuja
y así comienza cualquier cosa
que me estaba destinada desde siempre.

El poema recibió su contestación de quien era su compañero -ya muerto-, otro gran poeta portugués.
Desde aquí podrás llegar a un puñado de poemas de su ya larga obra:
http://eltorodebarro.blogspot.com/

Espero que te alimente el alma.
Te beso largamente.
Carlos

TORO SALVAJE dijo...

Cuánta gente se siente así, sóla, no sé a dónde vamos, de verdad....

Contesté tu comentario Agustina.

Besos.

Viv. dijo...

Vengo a desearte una bonita semana; besos.

MNB dijo...

Muy triste y muy poético.
Felizmente al final se nota una luz de esperanza.
Un abrazo.

John Nick dijo...

Profunda tristeza esperanzada, muy bueno lo tuyo! Slds.

Luis Seguel Vorpahl dijo...

Las flores, sus aromas y colores y calidez, son las que transportan el amor desde las lejanías y lo depositan en el corazón, perdona mi silencio tan prolongado, no volverá a pasar, un abrazo, gracias por tus visitas.